Analfabetos funcionales, una especie en auge

Pablo Orleans -25/09/2012- A falta de un trimestre escaso para que se acabe el mundo y todos nos volvamos polvo, quiero dejar clara una cosa: Existen los analfabetos funcionales. Una especie en auge que aumentará considerablemente conforme las tijeras del Pepé vayan surtiendo efecto y repitan, paso por paso, las claves que tío Paco dejó escritas para "Cómo conseguir tener un Gobierno tranquilo. Memorias de una Dictadura inteligente": Sociedad analfabeta maltratando una educación maltrecha. Pero vamos al lío.

Como la RAE a veces no es muy útil para según que expresiones (o puede que me esté contagiando el virus T.5), he recurrido a wikipedia (es probable que ese virus T.5 me esté afectando gravemente) para mostraros qué es eso del analfabetismo funcional.

"Un adulto que sea analfabeto funcional no sabrá resolver de una manera adecuada tareas necesarias en la vida cotidiana como por ejemplo rellenar una solicitud para un puesto de trabajo, entender un contrato, seguir unas instrucciones escritas, leer un artículo en un diario, interpretar las señales de tráfico, consultar un diccionario o entender un folleto con los horarios del autobús. Tampoco cuenta con la capacidad intelectual para autoactualizarse e interpretar desde su saber los acontecimientos del entorno, comprenderlos, asimilarlos y desarrollar las aptitudes necesarias para modificarlos a su voluntad y en beneficio de su desarrollo y de la sociedad"

Así pues, un analfabeto funcional no es ése que no sabe leer o escribir, sino aquel que, por circunstancias de la vida, no sabe aprovechar sus conocimientos para el beneficio propio y de la sociedad, bien sea por problemas socio-culturales, económicos, geográficos, por haber venido a este mundo de culos o por haberse metido por la nariz lo que no está escrito. El analfabeto funcional puede nacer, pero según un reciente estudio de la Universidad Callejera, cada vez se están viendo más casos de analfabetos funcionales que, al parecer, se entrenan por serlo en un centro de alto rendimiento en algún lugar del desierto antártico.

Pero si usted, querido lector, se está empezando a asustar porque cree tener, como yo, graves síntomas del virus T.5, no se preocupe. La verdadera ignorancia -cómo no- tiene la solución, así que anímese. Y, ¿por qué debe animarse? Muy fácil. Si es usted observador, habrá comprobado la gran cantidad de personajes que tiene a su alrededor. Personas como usted o como yo. Personas que, sin demasiado esfuerzo intelectual, triunfan en la vida como la San Miguel. Personas que, aún incapaces de enlazar dos frases seguidas, parecen tener un don innato, una flor en el culo, un duendecillo verde que les da suerte, que les da éxito.

Y si no, amigo lector preocupado por esta nueva metamorfosis de la sociedad, no tiene mas que encender el televisor y poner un canal al azar con una famosa rima. Allí encontrará muchos y muchas de éstos, muy dispares pero con un patrón muy marcado. Y todos triunfan, misteriosamente, en la vida. También puede acercarse a cualquier garito de marcha en una noche de sábado corriente. Probablemente los haya a patadas. Y no me refiero a los típicos machacados de gimnasio, canis, chonis o maquineros de toda la vida. No. Hablo de personas como tu, como yo, como él.

La sociedad está cambiando, a peor. Mujeres inteligentes con analfabetos funcionales. Trabajos bien remunerados para analfabetos funcionales. Analfabetos funcionales conduciendo altas gamas, bebiendo vinos caros, fumando buenos puros, referentes de las nuevas generaciones. No hacer nada y llegar alto. Ser un completo inepto y vivir del cuento. Analfabetos funcionales, la nueva especie que triunfa en todos los hogares españoles. Que no le falte un analfabeto funcional, lo podrán adquirir hasta acabar existencias, es decir, por los siglos de los siglos. Amén.