¿Por qué secundar la Huelga General?

Pablo Orleans -14/11/2012- Puede que hayamos tocado fondo. Puede que no. Puede que estemos en la peor situación posible. Puede que 2013 venga con cifras todavía más devastadoras. Puede que ya nada se pueda hacer. Puede que ya esté todo perdido. Puede que todavía se pueda hacer algo. No lo sé. Pero si tengo clara una cosa es que, como nos quedemos de brazos cruzados sin hacer nada, nos van a dar bien por el culo. Porque puede que estemos muy jodidos, sí, pero podemos estar peor. Porque si seguimos consintiendo abusos y desprecios por parte de los puestos de poder, se nos van a seguir riendo a la cara. Y eso, jode.

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Y aunque no crea que una Huelga General de un día vaya a hacer mucho, puesto que yo optaría por colapsar este país una o dos semanas seguidas, el simple hecho de que nos oigan, nos huelan, nos sientan cabreados y nos vean, hace que tiemblen y recapaciten. Que cada día hay más detrás, apoyando al pueblo y cansados de esta mierda de vida que muchas personas soportan. Pero debemos hacernos oír. Debemos hacernos respetar.

Habrá gente de derechas que no querrá salir a la calle. Habrá gente de derechas que sí. Habrá gente de izquierdas que pasará del tema y otros que no. Pero que los que vayan a trabajar de una u otra ideología o aquellos que secunden la huelga, que tengan clara una cosa. Esta no es una guerra ideológica. Esta no es una batalla para derrotar al Gobierno de turno y poner a otro que esté igual de pillado por los cojones, no. Esta es una guerra de clases. Una lucha de los pobres contra los ricos. Una lucha del pueblo contra el poder. Un poder político constantemente coaccionado por el poder financiero para que nunca se les perjudique. Un duro combate entre un escaso porcentaje que maneja el cotarro y la inmensa mayoría que no tiene nada. Hay que decir basta. Y para ello, hay que salir a la calle.

Debemos reclamar nuestros derechos, debemos presionar a los políticos para que, en lugar de mirar a aquellos que más tienen, se fijen en los que de verdad importamos. Porque somos más y sin nosotros no son nada. De una vez por todas, debemos estar unidos. Trabajadores de todas las ideologías, ciudadanos de todas las ciudades, de todas las edades, sexo y orientación sexual. Salid a la calle, juntos, para que el futuro sea nuestro. Debemos parar esta sangría económica que sólo pagamos nosotros. Y debemos solidarizarnos. No podemos mirar para otro lado mientras vecinos, familiares y amigos se están quedando en la calle, no tienen ni para comer o no tienen perspectivas de futuro. No podemos permitir lo que está pasando. Y eso sólo se consigue saliendo a la calle y secundando la huelga. SIEMPRE UNIDOS.