Pablo Orleans - 25/02/2010 - Bien es sabido por todos el momento económico en el que vivimos. Bien es sabido por todos las dificultades económicas que atraviesan (atravesamos) muchas economías domésticas que hasta hace pocos meses no tenían grandes problemas para llegar a final de mes. Ahora, hoy por hoy, muchas de esas familias con negocios familiares de por medio están pasando serios apuros por pagar las letras del coche, los recibos de la luz, el gas y el teléfono y las mensualidades de una hipoteca que, aunque se presumía una inversión de futuro y llegaba cargada de ilusión, se ha convertido en un auténtico suplicio que hunde, todavía más, a las ya endeudadas economías domésticas.
Si ponemos en cualquier momento la caja boba en funcionamiento y esperamos a que los anuncios publicitarios empiecen a actuar en nuestro cerebro, nos podemos dar cuenta de una cosa insólita y, cuanto menos, sorprendente. Muchos de los susodichos spots llevan la firma de unas empresas increíbles que nos solucionan nuestros problemas en un abrir y cerrar de ojos. Se llaman bancos. También cajas de ahorros.
Según podemos ver en estos anuncios publicitarios, a estas empresas se les llena la boca con ofertas inigualables y soluciones impensables para todas estas economías domésticas. Con un mundo pintado de color de rosa, las entidades bancarias y cajas de ahorros animan al futuro cliente a que acudan a su sucursal para que ellos les presten sus servicios únicos y el cliente 'reciba' la cantidad de €uros deseada, eso sí, pagando con creces unos intereses que, a estas alturas de la canción, se podrían considerar hurto.
Pues bien, mientras medio España está intentando salir de la puta crisis a base de horas extra, domingos, festivos, apretones de cinturón, mañanadas de espera en la cola del paro y horas enteras colgados del teléfono intentando buscar un curro digno (los explotadores y las compañías teléfonicas están haciendo su agosto, ese es otro tema), llega una empresa bancaria de nombre X -me dan igual unas que otras, están todas cortadas con el mismo patrón- y pretenden rasgar un poco más tu descosido bolsillo, buscan deteriorar un poco más tu precaria situación y, en lugar de ayudar a los que más lo necesitan, se ponen bordes y ahogan hasta la muerte dineraria al que menos tiene. Luego piden ayudas del Gobierno, piden que se les inyecte una cantidad considerable ("dejémoslo en 20 millones, de euros claro, señor Zapatero") para poder reactivar la economía española y mundial pero, ¿dónde coño está la reactivación de la economía? ¿Dónde han ido a parar esas varias decenas de millones de euros que iban a ir destinadas a reactivar la economía española y mundial? ¿Dónde están, señores banqueros, esas facilidades para que el español medio, actualmente arruinado, pueda salir de esa situación económica tan precaria? Yo se lo diré: en su bolsillo. Para lo único que han servido las ingentes cantidades de millon€s que el Gobierno invirtió en ustedes, señores de la banca, fue para cubrirse las espaldas, para seguir ganando verdaderas fortunas a costa de la gente más desfavorecida en este mundo desarrollado. Para eso lo querían y para eso lo han utilizado.
"¿Que un empresario me pide 50.000 € para pagar las deudas que le han creado los impagados?" "Que me muestre un aval imposible para que no lo pueda recibir". Así funciona... más o menos. Gracias a ellos, los bancos, que en esos anuncios anteriormente comentados muchos comentan "Queremos ser tu banco", "Pan para hoy, pan para mañana", "Adelante", etc. y llenan de falsas y vacías promesas las cabezas ignorantes de sus receptores y los convencen para caer en sus garras afiladas y al acecho, con esos anuncios en los que se llenan la boca con mensajes incorrectos jugando con el desconocimiento de quién les cree y, eso sí, asegurándose que sea tu banco, tener pan para hoy y para mañana y tú no y que en lugar de ir hacia adelante, vas hacia atrás.
Éste es el presente bancario. Ésta es la hipocresía bancaria de siempre acrecentada por la crisis actual.
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