Pablo Orleans -25/09/2013- En poco más de media hora, Andrés Calamaro resume una vida de encuentros, desencuentros, despedidas, nostalgias, valoraciones y rock al más puro estilo salmonero. Bohemio, como se llama el nuevo disco del argentino -ya a la venta desde el pasado 17 de septiembre-, sorprende en la primera y expectante escucha. Una mezcla de rock encontrado. Música eléctrica con temas tranquilos que acaban en himno (Cuando no estás o Nacimos para correr son claro ejemplo) que obligan a un segundo, tercero o incluso cuarto análisis. Una vez escuchado, que no oído, la necesidad de volverlo a escuchar impera en el interior de aquel que ha llegado al rock del argentino.
Buenos temas que completan un trabajo magnífico. En eso podría consistir la valoración que he sacado tras empacharme de notas, letras y música. Un 'Bohemio' que devuelve a Calamaro lo que es de Calamaro. Un 'Bohemio' que comienza con un réquiem, que defiende los temas del desamor, que habla de amigos ausentes -siempre presentes-, de homenajes y música en La Mayor. Que camina para correr, para dar buen día al plástico fino -esos temas de nariz y garganta-, como un bohemio de postín y que crea en la mayoría un comportamiento inexplicable en su primer contacto. Un disco que llega muy cerca del corazón, cuando más lo necesitaba.
Y así, con rock, con un montón de emoción, Calamaro -el cantante- nos demuestra que puede ganar porque juega en un equipo campeón (del otro lado del charco). Con diez pasos, únicamente. Con diez pasos bien dados, Andrés Calamaro vuelve con energía para recordarnos que nunca se ha ido, y que yo sí, tengo lo que quiero: Bohemio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario