Pablo Orleans -05/04/2011- España está harta. La crisis económica, los inacabables casos de corrupción, las salidas de tono de unos y de otros, el paro. Todo aquello que hace unos años era relax, optimismo y oportunidades, se están convirtiendo en estrés, pesimismo y problemas. La culpa de todo, claramente, de un ZP en sus últimos días de mandato. El 'enemigo público' de España dejará el cargo agotando todo el tiempo y dejando a un compañero con el testigo de lo que se presupone a estas alturas una derrota amarga en las próximas generales de 2012. Chacón y Rubalcaba. Rubalcaba y Chacón. Ambos dos parecen ser los mejor posicionados para la lucha en la primarias. Dos ministros consolidados, buques insignia del Gobierno Zetapista, o Zapatista.
Mientras tanto, paralelamente, el PP vive días de bienestar. Se ven como claros vencedores, como los próximos gobernantes. Ni siquiera la realidad de variación de liderazgo en el frente opuesto cambiará la forma de opositar de los conservadores. Su estrategia, basada en no tener estrategia y dejar que la cruda rutina haga su erosión política ayudándose de alguna zancadilla y ninguna muestra de apoyo, acabará sirviendo dentro de poco más de un año gracias al voto tradicional. Ese voto inútil, impersonalizado, contra el que poco se puede hacer. Limar cabezas cuadradas para que piensen por sí mismas y dejen fluir su propio criterio, alejándolos de los radicalismos es harto complicado. La repetición hace mella y en eso, el PP, tiene tablas, un máster en toda regla. Cuida bien del filial y mantiene los mínimos bajo control, camelando asombrosamente a jóvenes con ideas pasadas, arcaicos pensamientos antisociales y retrogradismos varios.
Y, por otro lado, Izquierda Unida. Tercera fuerza política en votantes, el partido más castigado por el sistema D'Hondt lucha con fuerza, contra viento y marea, intentando conseguir una organización competente, estable y rigurosa. Saben que ésta puede ser su última oportunidad, su ultimátum político. La inestabilidad del PSOE, la falta de seriedad del PP y un amplio número de votantes indecisos, cabreados y buscando un partido competente, son las posibles claves para que IU pueda conseguir un buen resultado en 2012. Es, probablemente, el momento de darse crédito, de lanzar un mensaje coherente, claro y, sobre todo, racional. Sus intentos de impedir actuar en Libia, sacando el inoportuno mensaje de 'No a la guerra', las constantes posturas peperas contrarias a cualquier propuesta del Gobierno (los de las gaviotas porque sí, los de la izquierda por distanciarse lo máximo de los de las rosas) y la radicalización -en muchas ocasiones-, ante aspectos que no requieren tal postura, hacen que en el seno de Izquierda Unida deban plantearse muy bien sus propuestas, su estrategia electoral, y convertirse en una alternativa palpable para no quedarse cada vez más rezagado del combate a dos que mantienen PP y PSOE. Es la oportunidad de volver a tener fuerza. Es la oportunidad de IU, probablemente la última.
Imagen | Elconfidencial
Es muy probable que ideológicamente esté más cerca de Izquierda Unida que de cualquier otro partido. Pero como ya comenté en mi blog, se me hace muy complicado confiar en un partido anclado en tópicos y que huele demasiado a discurso pasado.
ResponderEliminarIU no se ha sabido renovar. Tiene unas bases excelentes en muchos casos, pero no saben sacarles partido. Se posiciona con demasiada radicalidad en aspectos que requieren de matices. IU no entiende de matices. Y eso en muchas situaciones puede llegar a ser un problema. Si de verdad quieren contar con un ascenso evidente en 2012 y acaparar gran parte del voto que abandonarán muchos socialistas deben actualizar su discurso y su apariencia externa.
Me alegraría profundamente que lo hicieran. Pero por el momento no responden a mis expectativas. Y como yo, mucha gente.