El Reino de los Mallos no va a reblar

Pablo Orleans -03/04/2013- Cuando una vieja amenaza vuelve diez años después. Cuando está en juego el futuro. Cuando la sinrazón se apodera de gobernantes. Cuando se corta de raíz el progreso. Cuando se retrocede en el siglo de los avances. Cuando se obvian las necesidades. Cuando las leyes inútiles perjudican a los más débiles, a los menos numerosos. Cuando no se atienden razones morales y los números sirven de excusa para atacar a las zonas rurales, para matarlas. Cuando el poder ejerce el poder a la fuerza, obviando cuestiones sociales, demográficas y, sobre todo, éticas. Cuando hablamos de educación, de nuestro futuro. Del futuro de nuestra zona.

El Reino de los Mallos no va a reblar

Dicen que la ESO en Ayerbe se acaba. Dicen que somos más fracasados, que nuestros profesores no están preparados, que la preparación de los alumnos no es la adecuada. Dicen que es mejor un macroinstituto a 30 kilómetros en el mejor de los casos. Dicen que es mejor llevarse a los niños a los doce años. Dicen que es bueno tener a los niños hacinados en zulos cerrados. No dicen, ni nombran los cientos de licenciados, el montón de diplomados. No hablan de los titulados en Formación Profesional ni aquellos que sin estudios están trabajando. Utilizan el arma del fracaso escolar a su antojo, usando una odiosa comparación para limpiar sus conciencias. No dicen la verdad en relación a nuestros profesores. No dicen la verdad sobre nuestros alumnos. No tienen ni idea de lo que es llegar con 12 años a un macroinstituto de más de mil personas. No saben lo que cuesta el cambio. No hablan de la mejor atención de nuestros niños en nuestro colegio.

Sólo se preocupan por los números, por los porcentajes y por las ciudades. Ahogan las zonas rurales y olvidan a sus habitantes. Pero nosotros no olvidamos. No vamos a rendirnos y lucharemos por mantener en nuestra zona a nuestros niños. Estamos acostumbrados a luchar, estamos acostumbrados a las amenazas, a que las leyes inútiles nos aprieten la soga al cuello. Si algo tenemos claro es que la unidad de un pueblo y de una zona no nos la van a quitar. Entre todos vamos a hacer lo posible para que esta injusticia no se lleve a cabo. El Reino de los Mallos no va a reblar. No debe reblar.