Volvemos a los tiempos del franquismo, tiempos en los que la ideología está por encima de los derechos de las personas. Tiempos de oscurantismo, de clandestinidad, de migración por miedo, por diferencias de pensamiento. Pero la culpa es nuestra, de los españoles que dimos/dieron/disteis total potestad a una única ideología para decidir por todos. Una ideología que presume de haber hecho "la ley más progresista" de este gobierno. Una reforma total que ha suprimido el derecho de los españoles, derechos fundamentales de las personas como poder elegir por sí mismas, sobre su futuro, su cuerpo, su vida. Una ley que ha maniatado a las mujeres de este país y que se llena la boca con proteger a los más débiles (nonatos) y luego recorta derechos y permite que malvivan miles de familias y personas que ya han nacido, vivido y luchado por su vida a base de recortes y mentiras. Un gobierno hipócrita que mientras permite, en su nueva reforma de la ley del aborto, que nazcan niños con malformaciones que van a necesitar infinidad de tratamientos y atenciones por parte de la Sanidad pública, recorta, recorta y recorta en el ámbito de la Salud, sin garantizar que puedan ser debidamente atendidos.
Un gobierno que nos está callando, que nos está privando de derechos básicos y fundamentales. Un gobierno que, por qué no, quizá en algún tiempo, no muy lejano, no nos deje decidir qué tipo de profesión queremos aprender, a dónde queremos viajar, con quién nos podemos besar o si es delito la masturbación. Ya vale de intentar ser Dios. Ya vale de deidades soplagaitas que quieren volver a dominar este país llamado España. Cada uno somos dueños y señores de nuestro cuerpo, de nuestra vida y de nuestros pensamientos. Y, aunque algunos no quieran, nosotros tenemos el poder. Mi vida, mi muerte, solamente a mi me pertenece. No a la nueva reforma del aborto. Sí a los españoles libres de acto y pensamiento consigo mismos.
Fuente | Elpaís.com
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