Pablo Orleans -30/11/2010- No tengo palabras. La excelencia se ha vuelto a palpar en la Ciudad Condal. Desde el minuto uno, el FC Barcelona ha sido el dueño y señor de un partido en el que el Dios filosófico del fútbol le ha vuelto a dar un golpe de gracia a un gran estratega bocazas que ha tenido que comer un abundante saco de humildad para no atragantarse después de 90 minutos de magistral exhibición. La precisión en cada pase, en cada regate, en cada movimiento, en cada triangulación superaba a lo anteriormente visto en las botas culés y la velocidad en cada acción demostraba la concentración de los pupilos de Pep.
Cristiano se volvió a inclinar ante el Messias. |
En el bando contrario, un Real Madrid inexistente ha sido víctima de la propia prepotencia de alguno de sus componentes que, después de intentar desestabilizar el clima previo apacible, después de menospreciar al rival y lanzar más de un mensaje desafiante, ha tenido que agachar las orejas, meter el rabo entre las patas, esconder la cabeza bajo tierra y tragarse su larga lengua por unos cuantos días. La lección de humildad, de cautela, de modestia y respeto que han tenido que aprender esta misma noche más de uno -y de dos- va a escocer mucho en una herida que, digan lo que digan algunos eruditos de este deporte, va a tardar en cicatrizar. Que no se puede ir por la calle con aires de grandeza, pues a pesar de salir airoso ante según que oponentes, algún día te llevarás una hostia con la que se te quitarán las ganas de salir a la calle o, en su caso, de saltar a un terreno de juego.
Sobre el partido en sí, nada que comentar que no hayáis visto ya en directo en los insistentes análisis televisivos sobre el mismo. Cinco goles, una manita, un repóker...un auténtico show. El Madrid, irreal donde los haya, ha sido un esperpento de su propia imagen, una radiografía de lo que no se debe ser en un equipo en un Clásico. A manos de los reyes del balón, de los genios del 'tiki-taka', del súmmun técnico, el equipo de 'Mou Cinco Estrellas' ha parecido una marioneta deshilachada con una patética imagen. Con su fútbol, el equipo de Guardiola ha vuelto a dar otra soberana bofetada al golpe de talonario. Con su estilo, siempre inamovible hasta sus últimas consecuencias, el equipo culé, con sus ocho canteranos en el once titular -más dos desde el banquillo-, ha vuelto a derrotar el despotismo económico blanco a base de buen fútbol. A base de pase, control, pase, desmarque, pase, movimiento, pase, control, regate, velocidad, pase, desmarque, pase al hueco, regate, tiro y gol, el Barça a mareado al conjunto merengue durante 90 preciosos minutos. Hora y media de espectáculo en su más amplio sentido, de placer y orgasmo futbolístico. Un auténtico dominio que ha terminado con el 5-0 final.
No os han metido ocho Cristiano, pero el correctivo podría ser peor que la propia goleada.
El complejo de inferioridad de los aficionados culés en relación a Mourinho debe ser muy grande para que, la mayor parte de los comentarios que leo, hablen de cura de humildad y decidan citar al técnico portugués. Tenéis un problema, en serio.
ResponderEliminarEl partido reflejó que un equipo supo competir bajo presión, seña de identidad de este Barça, y otro no supo exponer sus razones por las cuales opta al campeonato. Así de simple. No significa, en cualquier caso, que la diferencia real entre un equipo y otro sea la mostrada anoche. Al menos no lo considero así.
Felicidades.
Ni yo tampoco creo que el 5-0 marque una diferencia real entre Barça y Madrid, probablemente sea mayor, pero cuando tienes que aguantar a un personaje como el portugués éste durante varios años intentando desestabilizar al Barça en los días previos a sus enfrentamientos con los azulgrana, lo ves correr como un energúmeno por el Camp Nou cuando lo eliminan de la Champions o las miles de declaraciones vertidas contra el club culé, la verdad es que le acabas cogiendo tirria y te alegras de que, cuando es entrenador del máximo rival histórico de tu club, y le ganas con una supremacía mayor a "saber competir bajo presión" (creo que no van por ahí las cosas) la felicidad es mayúscula y tienes que dedicarle, por lo menos, unas cuantas frases en un modesto blog de variedades como éste.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues eso.
ResponderEliminarUn complejo de inferioridad que no os quitaréis de encima en vuestra vida, los culés.