Pablo Orleans -18/05/2011- Puede parecer un movimiento organizado, creado por grupos minoritarios que quieren arengar a las masas y cambiar las intenciones de voto, de cambio, que se presagian en nuestro país. Algunos lo verán como una estratagema desesperada de la izquierda más movilizadora, del progresismo más desesperado y pusilánime, temeroso de la llegada de la derecha más radical a muchos ayuntamientos y comunidades españolas. Mucha gente puede pensar que son unos pocos antisistema con ganas de tocar los cataplines, que sólo buscan protestar por protestar y que hacen demagogia en un momento clave, a las puertas de las elecciones.
Pero creo que toda esa gente, retorcidamente complicada, está equivocada en sus argumentos y en lo que pueden pensar al respecto. En primer lugar porque no creo que 'los indignados', variados y de todo tipo de estratos sociales, estén comandados por un grupo determinado que les dé las directrices oportunas sobre cómo actuar, qué cánticos expresar y a quién criticar. No creo que un movimiento tan espontáneo, tan inmediato y tan acertado como el que estamos viviendo en un sinfín de puntos de España pueda estar tan organizado como muchos dejan entrever entre bastidores por un grupo político concreto. Más que nada porque no existe partido político ni agrupación política alguna, capaz de hacer lo que la gente, el pueblo llano, está demostrando en cada punto de nuestro país. Lo cierto es que era hora de movilizarse. Era el momento de decir alto y claro que no vamos a aguantar el mangoneo que se llevan los políticos, de insistir en el abuso de poder (económico) que hacen los bancos sobre la ciudadanía, del claro ejemplo de bipartidismo que hay en nuestro país.
Hay que decir basta a gobiernos corruptos, a políticos empachados de poder, de llenarse los bolsillos a costa de los demás. Hay que decir basta a una Ley electoral irreal, que favorece a los grandes partidos y a los nacionalismos y dificulta la pluralidad política. Hay que decir basta a las entidades financieras. Los bancos nos necesitan a nosotros, no nosotros a ellos, por lo que esto debe cambiar ya. Hay que eliminar los privilegios de la clase política en todos los niveles. Hay que cuidar a los ciudadanos por encima de todo, protegiéndoles sobre los múltiples abusos que tienen que soportar continuamente. Hay que decir basta por encima de todo, hay que luchar por nuestros derechos para que los que nos han tratado como marionetas a su merced, sepan que estamos dispuestos a combatir, a ser molestos y luchar con fuerza por nuestro futuro. Es lo que Democracia Real YA promueve, lo que firmemente protesta.
Hay algunos que se han movilizado. Otros permanecemos en la retaguardia dando apoyo moral y difundiendo sus ideas, las nuestras. El futuro está cambiando y va a tener que seguir haciéndolo. No nos van a tomar más el pelo. Hay que permanecer firmes, no cesar en nuestros objetivos y luchar pacíficamente por conseguir un mundo igualitario, en el que la clase política nos respete, sepa que somos nosotros los que tenemos el poder. Algo está cambiando. Un movimiento social a nivel nacional que está marcando una nueva época. La época en la que la juventud se moviliza, reclama justicia social y lucha por sus derechos. Ya vale de ser las víctimas del poder político. Ya vale de pagar las consecuencias de la avaricia bancaria. Yo tampoco quiero seguir siendo la marioneta de la política...¿y tú?
Imágenes | El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario