Pablo Orleans - 03/03/2010 - La época crítica que nos está tocando vivir agudiza el ingenio de aquellos que quieren aprovecharse de las circunstancias y perjudica gravemente a los trabajadores de toda la vida que, desesperados por encontrar un trabajo -cualquiera-, aceptan condiciones irrisorias por el mero hecho de conseguir algo de dineuro que poder llevar a casa. La supervivencia y los férreos ajustes de cinturón que muchos están obligados a hacer para llegar, sin descubrirse, a fin de mes, nublan la vista y eclipsan las mentes humanas, inconscientes en momentos de presión de que ceder a los derechos y a condiciones pésimas de trabajo -buscadas durante siglos por nuestros antepasados- creará un duro retroceso en este complicado camino que es el de las condiciones laborales.
Se habla de abaratar el despido para crear empleo, una medida del CEOE que, quizás, traerá pan para hoy y hambre para mañana. Se habla de que a las empresas les cueste menos dineuro despedir a un trabajador si en un futuro decide prescindir de sus servicios. Si seguimos pensando que favorecer a las grandes empresas con claúsulas discriminatorias en detrimento de las condiciones laborales de unos trabajadores que vivirán a espensas del porcentaje de beneficios de sus empresas y con la incertidumbre de no saber cuándo estarán de nuevo en la calle, si seguimos pensando en eso, hará que sean las propias compañías las tengan la sartén por el mango y manejen, como títeres sin defensa, a quienes siempre lo acaban pagando, sí, el trabajador de siempre. Y digo a las grandes empresas porque son ellas, y no las empresas pequeñas o microempresas, las que realmente salen favorecidas en todo este asunto, ya que a una microempresa, por ejemplo, con tres trabajadores, no le supone una gran diferencia despedir al 30 por ciento de su plantilla. Y... ¿las grandes empresas? Si ahora consiguen un abartamiento del despido, hoy contratarán a muchos empleados, pero... ¿mañana? Mañana ya tendrán mejores condiciones para despedir a toda esa gente y, cuando vuleva a venir otra época crítica -que llegará, tarde o temprano-, las empresas podrán desligar obligatoriamente e indiscriminadamente a todos los trabajadores que les plazca a un coste tan bajo que no tendrán reparos en hacerlo. Además, con este abaratamiento, las empresas que empiecen a contratar a trabajadores, probablemente elegirán a perfiles de cualquier tipo, con o sin cualificación, lo que supondrá un error a la hora de la elección de personal que no significará ningún perjuicio para la compañía, que lo solucionará rápidamente con un despido de bajos costes.
Dos opciones baraja la patronal: la primera supone la contratación de jóvenes menores de 30 años durante seis meses prorrogables a un año sin indemnización por despido y en el que las condiciones económicas no superan, en el mejor de los casos, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI, en la actualidad en 633 €uros), según el diario ABC. La segunda opción de la patronal significa un contrato indefinido con plenos derechos y obligaciones pero con una indemnización menor que la actual (alrededor de 40 días por año trabajado) para que sea de 20 días.
Con todo esto, la solución puede estar en abaratar el despido, si al final se decide hacerlo, pero únicamente durante un tiempo estipulado y obligando a estas empresas a ofrecer un contrato lo suficientemente jugoso a sus trabajadores como para que se vean recompensados si algún día se vuelven a ver en la calle. No contratos basura, como se propone. Que las empresas puedan despedir a precio de ganga debe significar que sus trabajadores, víctimas reales, deben tener unas mejores condiciones económicas mientras exista el vínculo con la compañía. No me gusta la propuesta, pero si lo hacen que protejan, de verdad, a los que verdaderamente sacarán esta situación adelante.
Más información | No al despido barato
Imagen | Qué/blogs
El modelo de mercado laboral que proponen es el de hace cuarenta años. Aceptar esto sería retroceder en el tiempo de una manera penosa y con devastadores consecuencias para los trabajadores de todo tipo. Especialmente para los jóvenes, a quienes se les pretende dejar sin amparo legal en casos de abusos laborales.
ResponderEliminarPorque, no hemos de engañarnos, el modelo que propone el inefable Díaz Ferrán permite implícitamente los abusos ya que al trabajador se le desampara. Trabajas cuando quiero, cómo quiero y donde yo quiero. Y si no te gusta, esclavo, fuera. Es penoso.
Urge remodelar el mercado laboral pero urge que no lo haga un tipo bajo cuyo mandato se ha ido a la quiebra una compañía aérea donde la mitad de la plantilla aún no ha cobrado finiquito. Si por Pufomán fuera viviríamos aún en el siglo XIX, donde el empresario haría o desharía a su antojo. No debemos permitirlo.
Dicho esto, ningún gobierno ni ningún político patinará tanto como para apoyar a este personaje. No son tan idiotas, aunque piensen del mismo modo.
Gran post, me encanta como lo explicas. Este blog tiene muuuuuy buena pinta Pablo. Me gusta la limpieza de la apariencia, la estructura de los posts, el estilo personal que ha adquirido desde el primer día y, aunque me repita, me encanta la plantilla. Eso sí, dos consejos: uno, aumenta el interlineado de la página; y, dos, coloca los links de otro color. No se aprecian. Y son esenciales.
Gran trabajo, te seguiré detenidamente. Un abrazo.