Pablo Orleans -01/08/2013- "Me gustaría volver al pasado, porque si a un amigo le pasase algo malo y pudiese volver al pasado, le avisaría para que no lo hiciera, y todo seguiría igual".
Una frase que todavía recuerdo. Una frase con alrededor de 15 años de antigüedad, llena de bondad y que una persona me dijo una tarde de verano. El destino, años después, era otro de los temas de conversación con esa misma persona a la que no pude avisar, en otra noche de verano, por no poder volver al pasado. Por no poder advertirle y evitar uno de los golpes más duros de mi vida. Y el destino, el puto destino, se lo llevó.
Ahora, tres años después, la vida sigue, pero nada es igual. Muchas cosas han cambiado desde aquel primer de agosto de 2010. Muchas cosas han pasado. Crisis, juergas, nervios, esperanzas, malos momentos, nuevos amigos... Pero falta una llegada.
Falta una sonrisa, un buen consejo, una canción. Faltan muchas cosas que traías de las islas. Algunas incluso caducadas, como aquella sobrasada que todavía recordamos entre risas. O aquellas camisetas que me copiabas en la distancia y comentábamos a tu llegada. Los billetes de 50, con los que bromeábamos o aquella trampa en la señal el último verano. Muchos recuerdos, también de la infancia. Llevándote en tu bici, porque yo no tenía, y dejabas que te llevara aún sabiendo que ese sillín del diablo nos obligaría a parar varias veces por minuto, poniéndose en esa postura vertical imposible. Muchos recuerdos.
Y desde hace tres años, me he preguntado muchas veces por qué no podemos volver al pasado y evitar algunas cosas que nos hacen daño. Por qué no podremos volver atrás y evitar que ciertas cosas pasen. Una advertencia, una llamada, un 'cuidado amigo'. No podemos volver al pasado para evitarlo, pero sí para recordar a esas personas que han marcado tu vida, que te han ayudado a crecer, que has querido. Y tú, amigo, eres una de esas personas. No puedo hacer que vengas este verano para salir de marcha juntos, para tener más buenas conversaciones, para compartir momentos. Pero sí puedo volver al pasado, tantas veces como quiera, para recordar tantas experiencias, tantos hechos vividos y sentir que estás aquí, como si nada hubiera pasado. Cada vez que echo la vista atrás y te recuerdo, siento que sigues vivo dentro de mí. Porque me enseñaste muchas cosas. Y eso jamás lo olvidaré. Gracias.
Y desde hace tres años, me he preguntado muchas veces por qué no podemos volver al pasado y evitar algunas cosas que nos hacen daño. Por qué no podremos volver atrás y evitar que ciertas cosas pasen. Una advertencia, una llamada, un 'cuidado amigo'. No podemos volver al pasado para evitarlo, pero sí para recordar a esas personas que han marcado tu vida, que te han ayudado a crecer, que has querido. Y tú, amigo, eres una de esas personas. No puedo hacer que vengas este verano para salir de marcha juntos, para tener más buenas conversaciones, para compartir momentos. Pero sí puedo volver al pasado, tantas veces como quiera, para recordar tantas experiencias, tantos hechos vividos y sentir que estás aquí, como si nada hubiera pasado. Cada vez que echo la vista atrás y te recuerdo, siento que sigues vivo dentro de mí. Porque me enseñaste muchas cosas. Y eso jamás lo olvidaré. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario