Pablo Orleans -15/05/2012- Hay países que no dejan de darnos lecciones de progreso y desarrollo social. Hay países que hacen bien las cosas y saben atajar de raíz aspectos innecesarios para millones de personas en todo el planeta. Ejemplo de evolución y coherencia, países que no están pasando por momentos complicados en el aspecto económico demuestran valor y tenacidad a la hora de tomar decisiones. Abolir tradiciones discriminatorias es una materia difícil de asumir pero, al parecer, a Noruega no le ha temblado el pulso.
Y es que, como bien dice Digital Journal, "in an unprecedented move, the Norwegian Parliament has voted to abolish the state-sponsored Church of Norway with a constitutional amendment", lo que vendría a ser (para aquellos que no dominéis el inglés) que "en un hecho sin precedentes, el Parlamento noruego ha votado una enmienda constitucional para abolir las subvenciones del gobierno a la Iglesia". Con dos cojones.
Una medida bipartidista para separar Iglesia y Estado que se presentará el próximo martes y que puede sentar las bases para que otros países se lancen y tomen el ejemplo noruego. Una medida que ayudará al progreso de las sociedades que, lejos de avanzar y adoptar decisiones reformistas, se estancan en tradiciones injustas e ilógicas en los tiempos que corren. Noruega puede ser el modelo a seguir y, quizá en un futuro, el arquetipo de conversión republicana de las monarquías actuales.
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