Pablo Orleans -24/05/2012- Programas del corazón basados en las irrelevantes vidas de chupasangres. Videntes en directo aconsejando sobre la vida, ayudando a enfermos terminales con esperanzas inútiles y contactando con familiares difuntos. Éxitos tradicionales de personas sin oficio ni beneficio grabadas en todo momento para dar el braguetazo económico con canales sin moral. Berridos y vulgarismos al unísono en vergonzosos platós, en foros deportivos. Unidireccionales y subjetivas tertulias políticas con un único color en cadenas de dudosa reputación. Un país adicto a la caja boba y a sus bobadas.
Cuando entre tanta basura televisiva aparecen programas de calidad en el que el rigor periodístico se conjuga con dosis de humor e interés general, las cosas cambian y sospechas que en España hay personas con inquietudes e interés más allá de Belén Esteban o Jorge Javier Vázquez. En España existe Salvados (no confundir con Sálvame, por favor). Uno de los programas más interesantes de la oferta televisiva española en política y sociedad. Un espacio que habla claro, mostrando todos los puntos de vista y preocupándose por los ciudadanos españoles.
Jordi Évole, presentador de este magnífico y provocativo programa de índole progresista (todo hay que decirlo), nos muestra cada semana diferentes aspectos de la política y la sociedad española, abarcando multitud de temas de interés general. Los domingos por la noche, a partir de las 21:30 horas en La Sexta, tenemos una cita con Salvados (parece que me haya pagado José Manuel Lara Bosch en persona. Qué más quisiera pero no).
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