Pablo Orleans -08/02/2011- Hoy, mientras cenaba, veía, como cada vez que puedo y me acuerdo (que suele ser casi siempre), el gran programa de El Intermedio en La Sexta. Pues bien, en dicho programa, aparecía una información en la que una gran parte de los políticos españoles (y una gran parte es bastante más de la mitad), los Diputados que nos gobiernan, obtienen beneficios económicos de otros negocios privados que, por pura avaricia, mantienen a la par de su escaño en el Congreso con todo lo que ello conlleva.
En primer lugar, esa actitud ansiosa de poder, de beneficio, de excesiva ambición supone una falta de respeto para los ciudadanos que habitan España. Porque no estamos hablando de una ínfima parte del hemiciclo, sino que hablamos de porcentajes que superan el 75%, de más de tres cuartas partes de los Diputados que tienen entre manos asuntos que, probablemente para ellos, sean mucho más importantes que decidir el futuro del resto de mortales.
Y claro, una cosa lleva a la otra. Que un Diputado del Congreso, un político que está allí gracias a la confianza que depositó en su día lo que quizás ellos creen que es una masa sin iniciativa, sin cerebro y simplemente pasiva ante las incongruencias, ese señor que acude, cuando le sale de la mismísima punta, a ese cómodo asiento rojo de un lugar mítico que el resto podemos visitar únicamente las jornadas de puertas abiertas, ese señor está más preocupado por cuánto va a cobrar por el próximo trabajo de su empresa privada que por acudir a la votación de la Ley Sinde, de la antitabaco o de la Ley SPM.
Así, acabemos con el incomprensible pluriempleo en la clase política. Que si estos señores quieren ocupar un escaño en el Congreso o en el Senado, que lo hagan, pero que dejen todos sus proyectos privados de lado y se centren al cien por cien en la función que desempeñan. Que por asuntos como éste, los demás nos las estamos viendo bien putas para llegar a final de mes a pagar los recibos bancarios. Que no me extraña, ahora, que así nos luzca el pelo en España. Que no me extraña que ni salgamos de la crisis ni, lo que es peor, exista un atisbo de esperanza, un hilo de luz, en que la situación vaya a cambiar. Y es que, los que están en Madrid, decidiendo nuestro futuro están, en realidad, pensando a cuál de las siete candidatas a secretaria van a contratar para que les atienda sus llamadas mientras ellos están, pasando el rato, en un asiento calentito de color rojo (y también azul) del Congreso de los Diputados. Manda huevos.
Imágenes | Guerraeterna.com | Ceroizquierda.blogspot.com
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