"La eutanasia es una derrota personal de quien la teoriza, la decide y la ejecuta"
En Cartas al director
Siglo XXI, Diario digital, independiente, plural y abierto.
Pueden pensar que ésta es una afirmación aislada, de una persona anónima de un lugar del mundo donde la religión católica está muy presente, donde tiene mucho poder y mete las narices en la vida política de ese país. Así es, es la opinión de una persona anónima en un país donde, aunque parezca lo contrario, la religión católica está muy presente. Tan presente que muchas de las oportunidades que tenemos de hacer de este un mundo más progresista, igualado y real, se vienen abajo por las presiones de una institución que, desde su enfermedad terminal inacabable, impera en los foros de debate y organiza muchos de los aspectos sociales de nuestra vida.
Pero esta afirmación, aunque parezca arcaica y desalmada (por lo menos a mí me lo parece), no es ni mucho menos una afirmación aislada, sino que es el más claro ejemplo de los amantes románticos de la vida, personas que viven sin sufrimientos, que aman al ser humano por encima de todas las cosas, aún cuando ese agónico ser, convertido en un auténtico y dolorido vegetal tras años postrado en una cama y, lo que es peor, consciente al cien por cien de lo que ocurre dentro de lo que antaño fue su cuerpo, está viviendo un auténtico suplicio, una penitencia. Esas personas, católicas, apostólicas y romanas en su gran mayoría, que tanto aman la vida hasta en sus peores ejemplos de dolor y sufrimiento, que tanto predican por la vida de los demás como si fuese propia, esas personas, que piensan como este señor que afirma lo arriba indicado, deberían abrir sus mentes y dejar de lado las obligaciones, las prohibiciones y todas aquellas actuaciones que antaño funcionaban como válidas en un 'Estado' que está teniendo su réplica en la actualidad.
Porque ésa es otra. El Gobierno 'socialista'(?), 'obrero'(?), español, este Gobierno que tanto ha alardeado de política social, de ayudas sociales y de preocupación general, comunitaria, está cerrándole las puertas (como bien dicen en El País) a la eutanasia con una propuesta que revoca la posibilidad de debatirla en Las Cortes. Hay que joderse.
De este modo, entre los lobbies religiosos, un Gobierno acongojado (o acojonado, como más les guste) por la institución regida desde Roma y una población (o una parte de ella) opuesta y radical a un derecho individual que debería ser inamovible e inviolable, entre todos ellos están haciendo de este país una risa de Estado que empezó muy bien hace siete años pero que poco a poco está perdiendo el socialismo y el apoyo al colectivo obrero. Con la Iglesia hemos topado.
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