Triturando la democracia

Pablo Orleans -29/05/2015- Hacer puré documentos. Eliminar informes, miles de folios con información desconocida pero sospechosa. Triturar, como llevan haciendo durante años, la democracia. Reducirla a pedazos, a tiras blancas que destruyen un pasado, presuntamente, sucio. Decenas de bolsas de plástico abandonadas como un pais en apuros. Espejo de un modus operandi habitual en quienes han hecho de la democracia su modo de vida. Un acto ilegal que retrata a un partido acostumbrado a vivir en la ilegalidad.

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Estos sinvergüenzas del PP ahora se están asustando. El pueblo ha llegado al poder y en una cuenta atrás agónica intentan, sin demasiado éxito, atacar y defenderse con las armas más despreciables. Quizá aceptando el cambio y a pocos días de tener que abandonar las instituciones, los ficheros y carpetas escapan velozmente en manos de representantes populares que dicen no estar destruyendo material sensible. Pero no es lo que dice CC.OO. que ha denunciado que nunca había tenido "conocimiento de una actividad de destrucción de papel tan desmesurada". Un hecho, cuanto menos, extraño.

Y es que destruir documentos públicos es ilegal y penado por el Código Penal. De este modo, como cita el art. 413 de dicho Código Penal, “la autoridad o funcionario público que, a sabiendas, sustrajere, destruyere, inutilizare u ocultare, total o parcialmente, documentos cuya custodia le esté encomendada por razón de su cargo, incurrirá en las penas de prisión de uno a cuatro años, multa de siete a veinticuatro meses, e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de tres a seis años”. Pero, de momento, aquí no investiga nadie. 

Y mientras tanto, en decenas de ayuntamientos y consejerías, seguirán funcionando las máquinas que destruyen papeles con un contenido desconocido. Y mientras tanto, las pruebas de años de presuntos gobiernos fraudulentos seguirán llenando las calles de muchos municipios mientras parte de nuestra historia política más oscura se pierde entre los hilos de papel deshecho. Mientras tanto, los corruptos y sus secuaces tienen vía libre para eliminar unos documentos testigos, quién sabe, si de cientos de corruptelas y desfalcos cometidos contra la población.