"Mi escrito es un alegato contra la guerra, un grito de dolor, de desesperación, de impotencia de un ciudadano español que ve cómo los congresistas, aquellos elegidos democráticamente para representar al pueblo, votan en masa sin ninguna consideración humanitaria a favor de la guerra y sin consultar a los ciudadanos"
Abdennur Prado, Presidente Junta Islámica de Cataluña.
Estas palabras son las de un señor que ha rectificado tras meter la pata. Abdennur, presidente de los islámicos en Cataluña vertió ayer unas declaraciones controvertidas, radicales y, sobre todo, desafortunadas. Su amenaza acerca de la intervención de España en el conflicto de Libia se pasó de rosca, meando -completamente, y como suele decirse vulgarmente- fuera de tiesto. Sus palabras, advirtiendo de que la postura del Gobierno español y de casi la totalidad de los representantes políticos del hemiciclo podrían tener consecuencias, culminaron con el nefasto título de "Tendrán su 11-M". Así, después de reconocer que su frase fue "muy desafortunada" y pedir perdón a las víctimas de atroz atentado, Abdennur sigue en su respetable postura contra la intervención internacional en Libia argumentando aspectos como el que vemos arriba.
Gracias a la intervención internacional, hay personas que siguen luchando por la democracia. Foto | El País |
Pero yo pienso una cosa, aunque parezca mentira. El fragmento correspondiente a "votan en masa sin ninguna consideración humanitaria a favor de la guerra" creo que es completamente discutible.
En primer lugar porque Libia, antes de la intervención internacional, ya estaba en guerra. Una guerra civil en la que unos cansados ciudadanos, represiva masa privada de libertad, se alzó contra un régimen totalitario que mandaba y mangoneaba a sus anchas sin control alguno ni escrúpulos habituales de regímenes de tal calaña. Era la hora de cambio, de pasar página y amoldarse a nuevos tiempos.
En segundo lugar, si un motivo tiene la intervención de la ONU -por cierto, ahora comandada por la OTAN-, es el de un alegato humanitario. Los fines, desde el principio, de la ONU fueron los de proteger a la población libia ante el imparable avance de las tropas de Gadafi sobre el núcleo sublevado sin importar quién estuviese allí, es decir, la población civil e inocente. Gadafi hizo caso omiso, mintió de nuevo, y la ONU tuvo que actuar de urgencia. Si alguien debe plantearse su forma de actuar en esta ocasión es el propio Muamar el Gadafi, el honesto líder capaz de masacrar a su pueblo por seguir manteniendo viva la llama del fácil poder.
En tercer lugar, lo que no podemos hacer es intentar crear las jodidas tensiones inter-religiosas. Qué coño pinta aquí el Islam, el Cristianismo, o los amigos budistas. Nada. Siempre con la religión a vueltas. Siempre metiendo las narices en todo y tergiversándolo todo. No, este no es un ataque al Islam. No, este no es un ataque a una cultura. Esta es una intervención militar (claro está) para intentar impedir una masacre de seres humanos. La ONU no interviene para masacrar islámicos o salvar cristianos. La religión está en un segundo plano cuando estamos hablando de vidas humanas. Que parece que siempre hay alguien empeñado en confrontar fés.
Por último, este mensaje va dirigido a aquellos políticos que, con ideas abstractas, desempolvan ahora el cartel de 'No a la Guerra' y comparan este caso con el de la Guerra de Irak. No, señor Llamazares. No, señor Jorquera. Sus discursos, basados en la firme convicción de que "debe ser el pueblo libio el que decida su futuro" se quedan cojos de fundamentos si no hay pueblo libio. Gadafi, obcecado en atentar contra ciudades repletas de civiles, habría terminado con la oposición activa y, por supuesto, con la pasiva, es decir, esos ciudadanos en contra de su líder pero temerosos ante el poder que tiene sobre ellos. Como bien contestó Zetapé al representante de IU, "si se produce un movimiento democrático como el del mundo árabe, hay que apoyarlo. No frenar a Gadafi sería una señal muy negativa", habiéndole recordado que el propio Gadafi se comparó con Franco.
Además, como bien me ha dicho un amigo crítico con todo (@Davidoaf): "A mí no me habría importado que hubiesen intervenido en España cuando mandaba Franco". ¿Sabéis que os digo? Que a mí tampoco. Hay veces que hay que ponerse del lado de los que sufren de verdad para entender las acciones de los reprimidos. Si algo hay importante en este mundo que todos buscamos y que nadie queremos perder, ésa es la libertad, y Gadafi se la estaba privando a 'su' pueblo: A Libia.
Imagen | El País
Además, como bien me ha dicho un amigo crítico con todo (@Davidoaf): "A mí no me habría importado que hubiesen intervenido en España cuando mandaba Franco". ¿Sabéis que os digo? Que a mí tampoco. Hay veces que hay que ponerse del lado de los que sufren de verdad para entender las acciones de los reprimidos. Si algo hay importante en este mundo que todos buscamos y que nadie queremos perder, ésa es la libertad, y Gadafi se la estaba privando a 'su' pueblo: A Libia.
Imagen | El País
No me parece mal la intervención. No me gusta, pero creo que es necesaria dadas las circunstancias en Libia. Ahora bien, a la ONU se le plantea ahora un problema añadido: ¿si estalla todo en Libia o Yemen, habrá intervención?
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